Se le escurría entre las manos tal como a ella se le escurría la vida hace unos meses. No tenía ya como retenerla, la perdía con cada respiración. Entendía que no había más motivos para sujetarla si no podía darle lo que ella pedía. Y con los ojos llenos de lágrimas le dijo adiós. La beso en la mejilla, no pudo siquiera robarle un último beso en la boca. Le acarició los cabellos revueltos y le deseo lo mejor, aunque la deseaba para él.
No fue su compromiso lo que la alejó, fue la falta de decisión.
me voy
porque no me estás pidiendo que me quede
agarro mis cosas y
me voy
porque no me estás dando lugar y puede
que de pronto no quepamos
me voy
porque no me estás diciendo vete
pero sin embargo no me frenas y
me voy
aunque me cueste la distancia
ya lo tengo decidido
no somos nada si nada has de ofrecerme
me voy y puede que me cueste
pero hoy empieza el camino
solitario
del olvido.
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