[todo lo que tengo se lo he pedido prestado a mi imaginación]


30 octubre 2009

las mil y una noches (receta de shawarma y tabulé)

Elegir preparar comida árabe de cena es una osadía, casi como si eligiera bailarle la danza de los siete velos en la primer noche de sexo y pasión. Pasa que a veces soy así, osada. Entonces mi mejor herramienta es esa. Supongo que la espontaneidad en este caso está buenísima pero la pareja de amigos que voy a conocer apreciará por triplicado el estómago contento. 
Fruto de mi ansiedad por conocerlos y víctima de la presión que sólo yo me he impuesto recopilé las mejores recetas y me reafirmé sobre el menú: shawarma y tabulé.
Afilá los ojos porque nunca sabés cuándo vas a enamorarte lo suficiente como para querer ser la odalísca de sus sueños...
Shawarma para 4 (mi novio, dos amigos no sabemos cuán hambrientos y yo, inapetente por los nervios):
Dos kilos de carne corte milanesa (en este caso bola de lomo pero bien podría ser nalga o cuadrada) hay que limpiarlos y recortarlos en finas tiras no muy largas como para ser fagocitadas sin ayuda de cuchillo. Se marina al menos 6hs, lo que te da tiempo de hacerlo la noche anterior con un fernet de acompañante y Tracy Bonham al palo. La marinada consta de: dos potes de yogurt natural, media taza de vinagre, media de aceite, el jugo de un limón, sal y dos cucharaditas colmadas de baharat. Qué mierda es baharat? Aflojá con el fernet porque no me vas a entender el resto de la receta! Baharat es una mezcla de siete especias (vos decí que son afrodisíacas así de paso ligás) y se consigue así porque lo importan. Yo, gracias al Poder Supremo, no lo conseguí importado o me dolería el orto. Lo armé, con buena voluntad, mezclando dos cucharaditas colmadas de pimienta negra molida, dos de paprika, media de cardamomo, una de clavo de olor, una de nuez moscada, dos de comino y una de canela (aunque esto último a mi me faltó porque me lo comí en la lista y no lo compré).
Mañana (u hoy...digo, después de marinar lo suficiente y cuando ya tenés a la gente ahí y muerta de hambre) escurrís la carne pero sin pasarla por el “koinor“, simplemente no la cocinás con toda esa salsa. Y en una sartén bien caliente dorás la carne.
Esto se sirve así, con tomate picado, perejil idem y cebolla idem2. La cebolla puede ser un punto difícil, quizás la novia del amigo de tu novio te mire con odio. Obviala por esta vez o proponela como opcional. Se rocía todo con la salsa (adictiva, por cierto) que se hace con tres cucharadas de pasta de sésamo (se escribe “tahini“ pero se dice “tahhjhhini“) que se consigue en cualquier dietética, el jugo de tres limones, un pote de yogurt natural, aceite de oliva tipo dos cucharadas generosas y rebaje de agua hasta obtener una salsa tipo mayonesa. Sal, of course y no hagas sopa, es una salsa.
Yo pienso que en un platito hondo va esto y en un platito tipo de postre la tabulé. Qué es la tabulé? Te dije que largues el fernet. Tabulé es la ensalada de cuscus libanesa más famosa...al menos en el Líbano. Sabelo.
Una taza de cuscus se hidrata con agua caliente (y las proporciones vienen explícitas en el paquete de cuscus) y se enfría. Cortás tomate, pepino, picás menta, morrón y aceitunas negras. Si ya estás muy en pedo, ponele semillas de girasol pelado, obvio. Nadie se va a quejar, probablemente puedas mamarlos a todos antes de cenar...ya te voy a contar con qué. La ensalada se condimenta como cualquier otra y probar antes de seguir salando sería ser una gran estratega.
Bebidas, sí. Bebidas y no me refiero al quinto fernet que te acabás de servir. Con qué se acompaña esta cena? Un syrah es la primer gran opción. El syrah se toma con más de veintipico (ponele) de grados y mañana seguro los hará. El syrah blablabla con la comida especiada y blablabla los taninnos en la boca.
Otra opción, más zarpada, es el sauvignon blanc. Frío. No no, FRÍO. BIEN FRÍO. Mi hermano dijo que lo ponga en la heladera todo lo que pueda pero que una hora antes de abrirlo lo lleve al freezer. Y después, frappera. Dice que el blanco caliente pega más. Dale, buena idea. Se lo damos caliente y nadie va a pensar en la pimienta, el cardamomo y la puta que lo parió!
Tercer opción, super loca. Cerveza fuerte. Me conseguí unas doppelbock rojas, siete siete alco-jol, y completo las tres opciones posibles. Como para decir: tomás vino? NO? tengo birra... tomás vino? Sí? Tinto? NO? tengo blanco! Tomás vino? hic, me lo tomé anoche mientras cocinaba, cuando se me acabó el fernet.
Listo, nena, ponete el caderín porque si me prestaste suficiente atención, te tomaste media botella de Fratelli con Coca, y le ponés garra... sale, va como piña.
Y si no sale, cualquier cosa que no salga, se arregla de la única manera en la que todo se arregla. Sexo.

21 octubre 2009

muñequitos de plastilina

Amo dormir con vos.
Estar estampada contra tu espalda
o enredada entre tus brazos y piernas,
sentir tu respiración
en el oído y también en el cuerpo;
amo retomar a cada rato la conciencia, salirme del sueño
y darme cuenta que es real,

estás ahí y amo eso;
sentir tus manos ubicadas estratégicamente sobre mi cuerpo
como si estuviésemos hechos de plastilina,
plastilina casi de un mismo color
y amo eso.

Siento por todo lo que hacemos el mismo amor que siento por vos,
y es tan intenso!

Pero no es un intenso que hace mal

(no es como "mucho sol que te hace doler los ojos")

al contrario,
es intenso como “mucha lluvia”

(pero no lluvia fría)

es lluvia a temperatura ambiente
un día de calor
así de intenso
intenso BIEN
intenso con calma
con eje
con tierra firme
con luz, no a ciegas...

Y amo eso
tanto como para decirlo mientras lo siento
como cuando,
estampada mi cara contra tu espalda,
susurro que te amo
sabiendo que,
como plastilina fundido contra mi,
me escuchás retomando la conciencia,

saliéndote del sueño,
y es real.


Y amás eso.

06 octubre 2009

trastorno nihilista compulsivo

No creo en Dios; no creo ni en la Vírgen ni en los Santos. No creo en el espíritu, ni en el alma. No creo en la psicología, no creo en el psicoanálisis. Ni creo en la medicina alternativa, el reiki o el shiatsu. No creo en las brujas, las brujerías o los “trabajitos“. No creo en el empacho, el mal de ojos ni en el cuerito.
No creo en Papá Noel, los Reyes o el Ratón Perez. No creo, en nada.

Entonces al levantarme piso fuerte, con el derecho. Y contando sólo los pasos impares, camino hacia la ducha y abro la caliente con la izquierda pero regulo con fría, obviamente, con la derecha.
35 veces me froto el pelo, en dos tandas con shampoo y una con enjuague.
Si pierdo el colectivo, al llegar a la parada, enciendo un cigarrillo para que venga otro pronto. Si me cruzo con un rengo, me toco una teta. Si pienso en algo feo, sacudo la cabeza para los costados. Despejo el pensamiento con dos chasquidos de dedos. No tiro la tuca. Me toco el codo cuando me pica la nariz para no pelearme conmigo misma. Aprieto fuerte el celular cuando la red anda lenta para que el mensaje salga pronto, entero y llegue a destino. Acomodo a los Beatles en orden de aparición. Los billetes miran todos al mismo lado.
El paquete de la yerba se rompe en cuatro, tres veces. Las puertas de los placares cierran todas o no duerme nadie. La primer luz que se enciende es la de la mesada. Nunca olvido de no pedir deseos cuando pasa el tren porque no creo en eso. 

No creo, en nada.

01 octubre 2009

A LA PAR

A mi me gusta sentirte chiquito, estornudando con los ojos llenos de congestión. Siempre que eso suceda en mi cama y pueda abrigarte con mis besos.
También me gusta verte adolescente, acompañándome en rebeldes cruzadas de vagancia y fernet frente a la tele, comiendo pizza con la mano. Interactuando por telepatía, riéndonos como Beavis y Butthead.
Sé que me encanta escucharte resolver trabajo, contestar mis pesares, hacer cuentas y pagar impuestos. Justificar planes, refutar miedos. La certeza de tu madurez me da un pie, una base sólida para poder sentirme más mujer que niña, más pareja que hermana o amiga...
Es, lo sorprendente de lo nuestro, el balance perfecto de nuestros miles de momentos contrastantes. Somos dos corriendo a subirnos al tobogán, para volver a casa con la guitarra en la espalda y las zapatillas en la mano... para cocinarnos y acostar a los hijos, para apasionadamente reencontrarnos en cualquier rincón de la casa y volver a nacer. Cada día renacer, elegirnos, y seguir naciendo. Juntos.

.
siempre tendrás mi mano
cuando sientas que te pierdas
o para bajar de la cama
al tropezar en el parque
o calmar a las fieras

siempre tendrás mi hombro
para descansar la cabeza
para llorar tus angustias
o meditar confusiones
y hallar la certeza

siempre tendrás mis piernas
cuando el camino te hastíe
cuando te pese el cuerpo
o sientas perdido el rumbo
hacia la fe

mis manos
mi hombro
mis piernas
mi cuerpo entero
también aquel espacio místico intangible comúnmente llamado alma
todo lo que en mi te de paz o te devuelva la calma
también mis días
mis horas y
minutos
de marzo a febrero
todo de mi.