[todo lo que tengo se lo he pedido prestado a mi imaginación]


14 julio 2017

Se reúnen las caras 
volviéndose una
cuando la partida se consuma.
Y,
en los más
inoportunos
silencios
retumban
los ecos
de tus adioses.
Sos todos y ninguno
alejándote de mi.

Mis manos quedan
gastadas de extrañar
piel. La tuya
la anterior
las otras.
Se ajan
resquebrajan
Lloro lágrimas que no te corresponden
tengo miedos que no invocan tus acciones.
No te creo
y en realidad no son tus mentiras las que me confunden.

Cada distancia
cada trunca historia
todas

se hilvanan
con tus puntadas
y reunen
los retazos
en mi descocido corazón

13 julio 2017


Es de noche y yo me hundo;
me hundo y ella ayuda
o empuja, da lo mismo
me arrastra con sus manos
me retiene por momentos
yo me hundo y ella sube, se arquea
parece estar ahogándose
y yo la ayudo
la suelto algunos ratos
la sostengo
la dejo descansar
respiro un poco y vuelvo a hundirme
la siento impulsarse con las piernas,
la siento porque ver no veo nada
solo la noche y yo en el fondo
avanzando
la boca abierta respirando
el ruido a aire, a olas
los brazos agitados
suben y bajan y se arquea
yo me hundo mas,
se defiende;
un poco ella se entrega, afloja
respira por la boca y se sacude
tiembla y yo no veo pero siento
la ola de su cuerpo estremecido
la llevo hasta la playa,
la devuelvo
casi sin vida, casi muertas de cansancio
ahí tiradas
revueltas en la noche
apenas vivas
nos damos un abrazo satisfechas
y dormimos.

27 junio 2017

Para no olvidar

Si me toca aprender
de la muerte, el dolor;
si me hiere la mentira
y me enseña
y yo sangro porque creo
y sangro pero aprendo
Si me alcanzan
el miedo y la locura
y me asusto y repongo
si con miedo igual tomo la lección
Si el viento
que se come las piedras
y ahueca montañas
O el agua
que ahoga ciudades
me llega hasta el cuello
y me tapa
y asfixia
y sin aire que cale
mis huesos
o ahueque mi alma
como a la piedra o la montaña
y de todos modos
me presto, dispuesta
a volverme
gruta
arena
o polvo
Si así me llega
lo que vine a comprender
Si del dolor
me toca
como hace años lo hicieron tus manos
Si me toca así
y hace arder mis heridas
para no olvidar
para no olvidar
lo que me hizo polvo
Si así me toca
lo que vine a comprender
me dejo soplar por el viento
y tragar por el mar.

24 mayo 2017


Soñé con vos.
Te habías arrancado los dedos de una mano. Los tenías destrozados, como mordidos, ensangrentados. Quizás de intentar no llamarme, no responderme los mensajes. Yo te miraba a los ojos, vos me mirabas pero no lograbas verme. Estabas hermoso aunque si me esfuerzo no recuerdo tu cara con detalles. Pero eras vos con tu musculosa roja y estabas lindo.Traté de hacerte entender que era yo, y de que vieras cómo estoy de rota pero no me veías y seguías caminando. Te sostenía del brazo mientras cada uno avanzaba en sentidos contrarios, empujados por una multitud. Parecía un pasillo y aunque podía ser un shopping creo que era un recital. Estábamos con gente. Vos tenías cara de estar peor que nunca. Tenías aspecto de mejor de todo pero peor del alma. Cuando la gente nos llevaba al punto en el que tenía que soltarte el brazo, te retuve con los dientes. No sé si era un impulso animal de no querer soltar tu carne, mi presa, o porque tenía que agarrarme de las muletas.
Alguien me decía: o sea que ahora tiene la excusa de la mano destrozada para no volver, para no poder pensar en vos. Lloré pero ya no distingo si en el sueño o en la vida real. Igual lloré por vos antes de dormir así que es lo mismo.

23 mayo 2017

De pronto me derrumbo.
No hay grietas que soporten este paso de los años descuidado.
Si ya no quedan rastros de los pisos, ni mucho menos de los muebles. Soy sólo un montón de yuyos creciendo desde los escombros. Alguna que otra persiana baja, rota, por la que filtra un rayo de sol. Un patio con baldosas partidas, una pelota pinchada sobre una rejilla de hierro. Una canilla goteándole encima. Un encendedor desarmado. Semillas de un árbol del que no se sabe el nombre pero se lo conoce de memoria. El color del polvo sobre azulejos celestes. Una hoja seca de helecho. Una piedrita para nada preciosa, ni silvestre siquiera, demasiado común. Una tarde de otoño, hoy.

14 mayo 2017

Fútbol del orto

Un micro partido de fútbol, quizás la semifinal del Mundial De Fútbol De Enanos Miniatura, se está jugando en mi cabeza esta mañana de domingo. Los veintidós liliputenses imaginarios corren, patean, se empujan y hacen fules adentro de mi marulo. La pelota me rebota, como las ideas anoche pegaban contra todas las paredes, y aunque no dobla toma efecto y varios goles entran en contra. Hay hinchada mental para cada equipo y un referí deforme también. Saltan en los tablones y cantan canciones populares convertidas en aullidos de aliento y pasión. 
Fútbol del orto, te odio; pienso mientras me sostengo el estadio con las dos manos y camino con los ojos cerrados a poner la pava para hacerme un té de boldo.

26 marzo 2017

Sin respirar

De lado a lado
como de orilla a orilla
del río
del olvido,
del océano que es amarte así;
a veces tan inmenso, oscuro,
abarcador.
Otras cálido,
luz suave sobre mis costas.
Como de orilla a orilla
voy
sin respirar
oyendo a mi espíritu salvaje
que pide 
que te olvide
y te recuerde,
que te cuide,
que te suelte al mismo tiempo.
Escucho 
a la voz de mis ancestros sugiriendo
que amarte es karma.
La voz de Dios diciendo
que amarte urge,
¿qué me pasa?
Voy
de orilla a orilla
exhausta de nadar
arrastrada
por la fuerza de tu mar.

20 septiembre 2016

midnait

Todo en la noche es frágil.
Como el sueño quebradizo que despierta
y la mirada que en penumbras
se descubre adivinando cada cosa.
O el sonido de una gota de agua
muy lejana.

En la noche todo es frágil
y s e v u e l a.
Como una hoja seca, una nube,
el suspiro del que duerme.
Como un bicho de luz medio gastado.

Todo aquí es grave.
Porque se rompe, se deshace como el tiempo.
Inconsistentes se desarman los minutos;
la oscuridad se muestra entera.

Todo es misterio revelándose en la noche.
Como un silencio que confirma la sospecha,
la noche trae a las palabras nunca dichas
y las deja descansando en el rocío.

Como tu cuerpo, la noche baja y
me hago una con su esencia.

Como la madrugada, tu cuerpo me mantiene
despierta y cansada.

10 agosto 2016

Llevo despierta horas de días y meses, dormida; en duermevela. Un murmullo de fondo no me deja descansar y algo internamente pide sin gritar pero insistente: estate alerta. 
Esta noche un dolor físico me obliga a levantar de madrugada. Confío en que algo tiene para decir entonces me siento en una silla, erguida y pongo música que jamás oí.
De pronto no reconozco algún sonido, instrumento o idioma.
Estoy escuchando música que parece no estar interpretada sino en una lengua primitiva, universal.
Si pretendo descifrarla pierde sentido así que la dejo mostrar todo eso que tiene para mí. Me asusta desear tan intensamente su mensaje y, de antemano, saberlo ya aprendido.
Se parece a recordar un sueño. Primero se siente suave como algodón. El sueño se acerca y uno confía en que el recuerdo como un perro manso vendrá todo, en la medida en la que se lo necesite invocar. Luego aparece un sueño redondo como una luna llena,
completo e iluminado, que pareciese volarse espantado si uno intenta contarlo.
La música repentinamente calla. Entiendo al Universo entero en un instante que fugaz corre frente a mis ojos y distraída olvido nuevamente la lección.

07 agosto 2016

Gesté una pequeña tormenta
concebida
una noche cualquiera;
ni siquiera recuerdo bien cuándo,
ni dónde o por qué.
La cuidé con esmero,
paciencia,
hice lo necesario:
dormí mal, casi no me alimenté;
perdí la razón y la fe.
Tantas noches
me agarré con dolor la cabeza,
palpé los nudos (fantasmas),
sentí miedo y angustia.
También me agité.
Yo gesté una tormenta mental
que creció
como crecen las cosas valiosas
si les tienen paciencia,
y alguien les da de comer.
Asumí las molestias,
los cambios;
me creí incapaz de poder
darle vida, entenderla.
Temí no querer aprender.
Sospeché que llegaba
el momento;
el instinto es más fuerte, pensé.
Busqué un refugio lejano,
me contraje, jadeé.
La parí entre gritos y llanto;
la miré y abracé.
Amé a esa tormenta
neonata
que durante cien días gesté.

04 junio 2016

también

al monstruo
feroz
horrible

al ogro
hediondo
al bicho

inmundo
a la criatura
asquerosa
deforme
 
a la bestia
salvaje
indomable
peligrosa 
también 
le gusta dormir
y soñar con paz.

31 mayo 2016

magia

estás
porque acá te pongo
entre las hojas.

palabras sobre vos
o la palabra: vos
y yo te aparezco.

como magia
estás,
sos.

te traigo yo
a la cabeza
o a las hojas.

De la piel 
no te vas nunca.

30 mayo 2016

presas

coger como animales
en medio de la selva

o un bosque, cerrado y en penumbras

con las persianas bajas 
para que el sol no nos moleste


y adivinar algunas cosas
como la forma de tu cuerpo
cuando se acerca al mío
después de la tarde

la noche cayendo sobre el bosque
y nosotros 
todavía 
escondidos del mundo

cazándonos entre las sábanas
comiéndonos despacio
separando con los dientes
el cuero de la carne
la carne de las almas
clavándonos las garras

flora y fauna nuestros cuerpos
animales
en el bosque de mi cama.

25 mayo 2016

El peso de las teclas


Me compré una máquina de escribirte poesía.
Escribo en la máquina hojas de prueba, una carta, dos poemas. Escribo en la máquina vieja que compré por tres billetes, que estuvo toda mi edad completa guardada en un estante de un placard hasta llegar a mis manos, y me cuesta escribir porque perdí la costumbre allá en la niñez. 
Escribo y las letras se imprimen tímidas. Es el peso de las teclas tan distinto. Para escribir hace falta decisión, cada palabra se piensa en firme para que en el papel se entienda.
Me compré una máquina de contarte mis sueños. Tengo el doble de los años que tenía la primera vez que la soñé. Tengo el doble de la edad que siento adentro, cuando escribo en esta máquina de decirte que te quiero en rojo y negro. La mitad de la vida que viví me hacés sentir, pienso antes de escribirlo, que se pasó volando. La mitad de la vida que viví parece tener todo un sentido nuevo, escribo decidida. Pongo la fecha, tabulo otra vez, acomodo la hoja. Escribo un cuento y tardo tres horas para sacar tres hojas. Todo el tiempo soy feliz y el sonido de la máquina es una música increíble. Todo el rato sé que no necesito nada, nada más, y sin embargo sé cuánto me gusta lo que yo quiero.

17 mayo 2016

mediocre

Miro las plantas y su tierra seca, sedienta.
Varios días seguido, las miro.
Mañana, les digo y mañana les digo lo mismo.

Los gatos maullan; caminan sobre la mesada.
Los miro a los ojos, inexpresiva y callada.
Les doy de comer hoy también sin charla ni mimos.

Giran a mi alrededor esperando el momento de subirse 

pero yo no los dejo, no me siento. Ni duermo.
Las hojas opacas rozan el límite entre lo muerto y lo vivo
y me hacen dudar. Parecen estar por decirlo.


El gato toma agua de un charco del patio.
Llovió antes de ayer en mi casa.
Pongo comida en un plato pero no trago. No quiero.
O no sé, no intento.
Lloro tres lágrimas débiles que ni gusto tienen.
Pongo música al mínimo,


no hago el esfuerzo suficiente. No alcanzo a escucharla.
Tengo las medias mal puestas
pero no importa.
Me prometo haber olvidado el diámetro de tus pupilas 
y el espesor de tus gemidos.



12 mayo 2016

mansa

voy a dormir
en la misma cama en la que recién
vos y yo
cogimos como bestias
seres infrahumanos frotándose las pieles

los cueros duros

ajados, corroídos
puliéndose entre si
bestiales, monstruosos seres fornicando
adoptando posturas
increíbles, espantosas
posturas animales
primitivas, transpiradas
mirándonos la furia
de milenios encerrada
en las pupilas dilatadas
de tanto coger
sabiendo cosas 
instintivamente dormidas
despertándolas
para reconocernos
ahí
en esa cama en la que ahora
voy a dormir mansa

11 mayo 2016

desierto

dos como nosotros
inaugurando un idioma
medio parados en la nada misma
poniéndole nombre a las cosas

para que no sean lo que eran
antes
antes de llegar a este desierto
que somos juntos
a este vacío que no paramos de limpiar
para que no haya nada
más que vos y yo
y todo por crear.

26 abril 2016

Lo que fui no es lo que seré

Estoy sentada tomando frío a la sombra del otoño que acaba de llegar. El cielo está turquesa helado y sobre él, algunas pocas nubes impecables y mullidas.
Pienso en lo que veo cuando te miro. Sé que veo lo que me dejás ver y ahí hasta donde vos me dejás. Me imagino lo que vos observás al verme. Todo lo que hay en mí es de mí todo y tan poco a la vez. Lo que yo fui hasta acá no es lo que yo seré. Yo voy a ser lo que vos quieras crear. No importa lo que te cuente, lo que quiera ocultar; no importará lo que me calle, lo que no te quiera brindar. Entre lo que yo te muestre y lo que vos construyas no habrá distancias. Superpuestas ambas imágenes yo seré la que vos hagas.
¿Alguna vez alguien confió en vos incluso más de lo que vos podrías confiar en vos mismo?- me pregunto. ¿Alguna vez viste a una hoja de un árbol caer hacia el cielo?- te pregunto mientras la pierdo de vista entre un balcón y el celeste que raja la tarde. Pero no podés responder porque no estás acá aunque estás conmigo dentro de esta cabeza que no para de dibujar tus ojos, tu boca, los gestos pocos que empiezo a memorizar. No me respondas, pienso. ¿No será hora de que alguien conozca de mí todo lo que ahora estoy reconociéndome? ¿No sería hora de que alguien te dé lo que vos realmente te merezcas y no lo que vos quieras decir que no valés? No necesito una respuesta. Yo la tengo. Sé con certeza cosas que nunca podría explicarte de otra forma más que haciéndote vivirlas. Tengo para darte los sentimientos que te acerquen a lo que yo aprendí a sentir.
Cierro los ojos y el cielo queda sólo en mi memoria. Ya no lo veo pero puedo recordarlo y al instante abrir nuevamente los ojos para confirmar que lo que veo es lo que es. Cierro los ojos y te pienso. Sos un recuerdo hermoso y la mirada profundísima que me deja entrar. Con los ojos cerrados me pregunto: ¿alguna vez confiaste tanto en alguien desde que en vos mismo dejaste de confiar?
Suelto el aire y dónde vos estés la respuesta vuela hacia arriba, mullida e impecable. También celeste.

15 marzo 2016

Se van pasando los meses
yo creo que sin darme cuenta
sin pensarlo
pero, cada aproximadamente veinte días
hago un repaso, un recuento
tomo nota de mis pasos, de los cambios
de las horas que pasaron sin vos
Ya me siento mejor
creo estarlo
pero, cada veinte aproximados días
lloro porque te extraño
te extraño porque faltás
y retrocedo veinte exactos pasos
(pa´tras!)
Creo estar cerca del amor
me digo algunas noches
y cada casi tres semanas
busco gente que me guste
poco, no tanto
para poder seguir sintiendo
que de todas las personas que me gustan
la que más me gusta sos vos

06 marzo 2016

sabés qué tengo?
miedo
a vos, a tus heridas y a tu capacidad de herir
a mí, a mi pasado que nunca se va
y al futuro que no llega, no llega más
al presente, que se nos escapa siempre
impuntual, no se presenta
sabés qué me pasa?
no me interesa
si me escuchás, si te importo
sólo quiero oírte, verte
contando esas cosas que ni siquiera son verdad
quejándote, sufriendo, mostrando las hilachas
de soledad, de alegría, de vos y de voz
no me interesa
avanzar, retroceder, quedarme
si mientras me mareo
te escucho
aunque hables para decir nada
y no me hables a mí.
sabés qué?
no sabés mucho
quizás no importe
porque yo lo intuyo todo
y hasta me lo invento
el miedo, el amor, las verdades, las mentiras, el presente
tu soledad, tu ausencia, tu voz...