[todo lo que tengo se lo he pedido prestado a mi imaginación]


29 mayo 2009

Pauli Pachuli

Viaja una hora y pico, a veces tiene suerte y se sienta. Llega a Retiro y así nomás arranca. Con el morral cargado de sahumerios, bondi tras bondi ofrece sonrisa y explicación a un varieté de pasajeros. Desde los que actúan un sueño profundo hasta los que abren los paquetes para oler sus varillas sin pegamento ni aserrín que tienen un mínimo de duración de una hora y no hacen picar la garganta.

Ella sonríe y explica, y viaja casi siempre de Retiro a Caballito, de ahí hasta el Botánico y en un banco bajo un palo borracho se come un sándwich de zuccinis y queso con mayonesa de zanahoria y pan integral. Aprovecha el rato para seguir con la bufanda que teje desde hace una semana, lee un poco de los poemas combativos de Neruda y acaricia a un gato gris que se le acomoda en la falda.

Paula tiene casi cuarenta y más de veinticinco de ovo-lacto-vegetariana, hace diez años se fue a vivir a un terreno en las afueras de La Plata donde con muchos otros comparten la agricultura y armaron una comunidad. Unos hacen panes, otros dulces, algunos cuidan solamente la huerta, otros como ella hacen artesanías y se dedican a comercializar lo que producen.

Se levanta suavemente, ella no tiene rasgos de impulsividad. Guarda en el morral desteñido el papel que antes contenía el sandwich, el libro, baja al gato y se pone las sandalias. Quizás sea la última vuelta de bondi que le quede. Entonces al llegar a Retiro saca pasaje y se descubre primera en la fila. Hoy vuelve sentada. Mete la mano en el morral, se acomoda las orejas.

Pone PLAY al Ipod.

27 mayo 2009

Matar al Minotauro

Hay que matarlo, sacarlo de su guarida mental y apuñalarlo ciento doce veces como ese loco que reventó a la novia por infiel. Hay que correrlo a tiros desde el lugar en tu alma donde radica hasta la frontera de la razón y que el raciocinio lo apedree. En el laberinto de sus mentiras, a ese monstruo hay que cortarle el cuello y dejarle la piel sonriendo con la sangre roja abierta de par en par.

Hay que taparle las ganas de seguir fagocitándose la voluntad ajena. Hay que explicarle a latigazos que lo que hace no está bien. Hay que torturarlo para que aprenda. Hay que reventarlo, que aplastarlo, que dejarlo morir lentamente, que sufra. Que se pudra en el infierno. Que no lo vamos a volver a ver.

Y visitar su tumba con un ramito de jazmines en octubre. Y llorar un poquito por el amor que supo ser.

24 mayo 2009

La cima de la Gloria

Es que Gloria solamente llega al orgasmo cuando se toca. Y únicamente si se toca y se mira con un espejito.
Entonces Gloria se calienta cuando en medio de la noche sabe que le miran las tetas hechas y tienen ganas de cogérsela por todos lados. Es por eso que deja que la convenzan, que la seduzcan, que se la lleven a un lugar más tranquilo, que se pongan cómodos y hasta chupa y se deja chupar.
Sí que se calienta, y sí que le gusta garchar. Sobre todo cuando le piden que se ponga en cuatro y le tiran de las mechas renegridas de tintura y quemadas por la insistente planchita.
Pero no acaba, no acaba nunca. En realidad lo que no acaba es la tortura, porque como no le viene tiene que mentir. Cuando le parece que pasó un rato aceptable y que ya no tiene más ganas de moverse empieza a gritar, primero despacito y después cómo una loba. Y se sacude espasmódicamente hasta llegar al falso orgasmo que, por lo general, y debido a la actuación impecable de Gloria hace explotar en leche al compañero.
Gloria se baña rapidito, acomoda las tetas adentro de la camiseta, el culo en la tanga y la tanga en el jean y se sube al taco de cada pie para rajarse. Vuelve escapándose.
Y cuando llega a su casa se tira en un sillón y se acuerda. Libera una teta que se pellizca morbosa, se acaricia la panza, el cavado profundo y hasta la tira de cola. Se acuerda y se calienta. Y se toca mirándose en un espejito. Llega, acaba llorando.

22 mayo 2009

pretérito perfecto simple

Me imagino que despierto una mañana y el futuro que el pasado nos dejaba organizar hoy es presente que transcurre entre sábanas rayadas con los pelos enredados en la almohada apelmazada que babea otra mujer. Evidentemente el temor a despertar hace que duerma desde hace seis años, con los pelos enredados sobre una almohada que babeo sin tener ni el más mínimo plan de organizar el presente que transcurre entre pasado que prometía un futuro sin otras mujeres, ni miedos, ni seis años de dormir.

es hora de despertar y enfrentar el presente. abre tus ojos

19 mayo 2009

60 - 55 = X

Hay que saber administrar tus cinco minutos de ocio cada tres horas cuarenta de trabajo. Habría que poder desfragmentar tu día tal como hace la pc con el disco. Hay que tener muy en claro quién sos y qué querés como para poder aprovechar esos 300 segundos en algo que realmente te relaje. Cómo hacés si cuando corre el minuto uno empezás a pensar si querés café o mate cocido? Y si el café no está listo, no hay azúcar. Lavas la taza ahora o la dejás sucia hasta la próxima? El doceavo de hora es breve...te parece hacerte una paja?