[todo lo que tengo se lo he pedido prestado a mi imaginación]


27 mayo 2013

Del amor y otras inequívocas e inexplicables contradicciones


Me lastimás, sabés?
Me herís a diario…
Siento cómo me sangra en pecho, la tibieza de mi propio ser escurriéndose por allí donde hace un rato me acuchillaste con frases filosas e indiferentes miradas de reojo.
Vos me herís y yo escucho de fondo una canción de amor.
El dolor que me causas tiene, aunque vos no lo entiendas aún, un lazo estrecho con el amor que me supiste dar. No me dolería lo que me duele si no fuese que, años atrás, vos hiciste cicatrices de malos recuerdos y ladrillos para un hogar con retazos de lo que quedaba en mi cabeza.
Vos, que pensás seguido en defenderte; vos, que creés que yo pueda acaso dejar de sentir dolor y relacionarlo con amarte; vos, que no vas a arrepentirte nunca de no querer aprender. Vos, me raspás. Y, a mi, me queda en carne viva el alma.
Es que mi sangre también es tuya ahora. Por eso siento, cuando me herís, que se desangran tus ideas y proyectos. Y, cuando tus sueños se desangran, laten más fuertes mis dolores.
Me estás matando, amor. Quizás hasta lo hayas logrado ya. 

Y, yo, de fondo, escucho una hermosa canción de amor.

26 mayo 2013

Cuándo


Cuando, quizás, deje ver
lo que ya nadie me mire;
cuando no haya más piel
que no sangre, que respire...
Cuando, tal vez, me desvista
y sea cuerpo y carne de otro;
cuando me deje comer
sin temor a los destrozos...
Cuando, seguro, me duela;
porque, ya sé, dolerá...
Cuando no importe, no quepa;
cuando no halle, no entienda,
no escuche, no vea, no calme...
Cuando no vuelvas, no cedas.
Cuando ya nadie me mire,
y me desnude otra vez,
[y me vean].
Sabrás al fin que morí
allí donde ya no me sientas

03 mayo 2013

breve la carta


no hay mucho que decir
no queda nada
lo que yo mas temía
ahora nos pasa
no somos fuego
siquiera brasas
el frío de tus manos
silencios sin miradas
antítesis de todo
pocas palabras
duelen los recuerdos
duelen las pausas
pesares en los ojos
sangre en las palmas
no habrá ya mas errores
ni esperanzas
el frío del invierno
y nuestra casa
vacíos los placares
ancha la cama
largo el olvido...