[todo lo que tengo se lo he pedido prestado a mi imaginación]


31 mayo 2016

magia

estás
porque acá te pongo
entre las hojas.

palabras sobre vos
o la palabra: vos
y yo te aparezco.

como magia
estás,
sos.

te traigo yo
a la cabeza
o a las hojas.

De la piel 
no te vas nunca.

30 mayo 2016

presas

coger como animales
en medio de la selva

o un bosque, cerrado y en penumbras

con las persianas bajas 
para que el sol no nos moleste


y adivinar algunas cosas
como la forma de tu cuerpo
cuando se acerca al mío
después de la tarde

la noche cayendo sobre el bosque
y nosotros 
todavía 
escondidos del mundo

cazándonos entre las sábanas
comiéndonos despacio
separando con los dientes
el cuero de la carne
la carne de las almas
clavándonos las garras

flora y fauna nuestros cuerpos
animales
en el bosque de mi cama.

25 mayo 2016

El peso de las teclas


Me compré una máquina de escribirte poesía.
Escribo en la máquina hojas de prueba, una carta, dos poemas. Escribo en la máquina vieja que compré por tres billetes, que estuvo toda mi edad completa guardada en un estante de un placard hasta llegar a mis manos, y me cuesta escribir porque perdí la costumbre allá en la niñez. 
Escribo y las letras se imprimen tímidas. Es el peso de las teclas tan distinto. Para escribir hace falta decisión, cada palabra se piensa en firme para que en el papel se entienda.
Me compré una máquina de contarte mis sueños. Tengo el doble de los años que tenía la primera vez que la soñé. Tengo el doble de la edad que siento adentro, cuando escribo en esta máquina de decirte que te quiero en rojo y negro. La mitad de la vida que viví me hacés sentir, pienso antes de escribirlo, que se pasó volando. La mitad de la vida que viví parece tener todo un sentido nuevo, escribo decidida. Pongo la fecha, tabulo otra vez, acomodo la hoja. Escribo un cuento y tardo tres horas para sacar tres hojas. Todo el tiempo soy feliz y el sonido de la máquina es una música increíble. Todo el rato sé que no necesito nada, nada más, y sin embargo sé cuánto me gusta lo que yo quiero.

17 mayo 2016

mediocre

Miro las plantas y su tierra seca, sedienta.
Varios días seguido, las miro.
Mañana, les digo y mañana les digo lo mismo.

Los gatos maullan; caminan sobre la mesada.
Los miro a los ojos, inexpresiva y callada.
Les doy de comer hoy también sin charla ni mimos.

Giran a mi alrededor esperando el momento de subirse 

pero yo no los dejo, no me siento. Ni duermo.
Las hojas opacas rozan el límite entre lo muerto y lo vivo
y me hacen dudar. Parecen estar por decirlo.


El gato toma agua de un charco del patio.
Llovió antes de ayer en mi casa.
Pongo comida en un plato pero no trago. No quiero.
O no sé, no intento.
Lloro tres lágrimas débiles que ni gusto tienen.
Pongo música al mínimo,


no hago el esfuerzo suficiente. No alcanzo a escucharla.
Tengo las medias mal puestas
pero no importa.
Me prometo haber olvidado el diámetro de tus pupilas 
y el espesor de tus gemidos.



12 mayo 2016

mansa

voy a dormir
en la misma cama en la que recién
vos y yo
cogimos como bestias
seres infrahumanos frotándose las pieles

los cueros duros

ajados, corroídos
puliéndose entre si
bestiales, monstruosos seres fornicando
adoptando posturas
increíbles, espantosas
posturas animales
primitivas, transpiradas
mirándonos la furia
de milenios encerrada
en las pupilas dilatadas
de tanto coger
sabiendo cosas 
instintivamente dormidas
despertándolas
para reconocernos
ahí
en esa cama en la que ahora
voy a dormir mansa

11 mayo 2016

desierto

dos como nosotros
inaugurando un idioma
medio parados en la nada misma
poniéndole nombre a las cosas

para que no sean lo que eran
antes
antes de llegar a este desierto
que somos juntos
a este vacío que no paramos de limpiar
para que no haya nada
más que vos y yo
y todo por crear.