Miro las plantas y su tierra seca, sedienta.
Varios días seguido, las miro.
Mañana, les digo y mañana les digo lo mismo.
Los gatos maullan; caminan sobre la mesada.
Los miro a los ojos, inexpresiva y callada.
Los miro a los ojos, inexpresiva y callada.
Les doy de comer hoy también sin charla ni mimos.
Giran a mi alrededor esperando el momento de subirse
pero yo no los dejo, no me siento. Ni duermo.
Las hojas opacas rozan el límite entre lo muerto y lo vivo
Las hojas opacas rozan el límite entre lo muerto y lo vivo
y me hacen dudar. Parecen estar por decirlo.
El gato toma agua de un charco del patio.
Llovió antes de ayer en mi casa.
Pongo comida en un plato pero no trago. No quiero.
O no sé, no intento.
Lloro tres lágrimas débiles que ni gusto tienen.
Pongo música al mínimo,
Lloro tres lágrimas débiles que ni gusto tienen.
Pongo música al mínimo,
no hago el esfuerzo suficiente. No alcanzo a escucharla.
Tengo las medias mal puestas
pero no importa.
Tengo las medias mal puestas
pero no importa.
Me prometo haber olvidado el diámetro de tus pupilas
y el espesor de tus gemidos.
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