Un micro partido de fútbol, quizás la semifinal del Mundial De Fútbol De Enanos Miniatura, se está jugando en mi cabeza esta mañana de domingo. Los veintidós liliputenses imaginarios corren, patean, se empujan y hacen fules adentro de mi marulo. La pelota me rebota, como las ideas anoche pegaban contra todas las paredes, y aunque no dobla toma efecto y varios goles entran en contra. Hay hinchada mental para cada equipo y un referí deforme también. Saltan en los tablones y cantan canciones populares convertidas en aullidos de aliento y pasión.
Fútbol del orto, te odio; pienso mientras me sostengo el estadio con las dos manos y camino con los ojos cerrados a poner la pava para hacerme un té de boldo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario