[todo lo que tengo se lo he pedido prestado a mi imaginación]


28 febrero 2009

Bienes gananciales

Ingrata
Uno de estos días voy a amanecer acurrucado en un costado de la cama, no vas a estar y al levantar descubriré que te has llevado todo. Todo aquello que no importa habrás dejado. Te habrás llevado a nuestro hijo, las fotos en las que nos amamos, el sol que nos despertaba los domingos abrazados, la brisa que nos refrescaba a la orilla del mar, el anillo con el que te prometí amarte en la salud y en la enfermedad, la enfermedad que te convierte en una loca linda, la mueca de placer del sexo, las pestañas tupidas entre cerradas, las pecas, los lunares, el pelo revuelto sobre mi cara, las uñas de morado, la carcajada ruidosa de las cosquillas.
Vas a llevarte el recuerdo completo de nuestro casamiento, de nuestras vacaciones, de nuestro embarazo y a dajarme solo la amargura de nuestra decadencia. Voy a quedar estrellado en una baldosa del patio, donde ya nadie camine, donde nadie me encuentre, donde nadie me busque siquiera...donde no se respire, ni duerma.
En tu valija caberán los chinchines que con nuestras copas marcaron inicios y fines de cenas y almuerzos y fiestas y encuentros, también las miradas de lejos, las esperas y los reflejos.
Ingrata, todo vas a llevarte de aquello que juntos construímos.
Entonces voy a contratar un abogado.

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