Estoy sola, como siempre. No importa que la casa desborde de gente, que no quepan más brazos ni más piernas acá, que se empañen los vidrios de tanto aliento junto. Estoy sola, porque no me ven, nadie me mira, nadie me escucha. Y la música siempre que me siento así, me lastima, me araña la cara, me pellizca la sien, me tira del pelo, me muerde las yemas de los dedos. La música es la única y violenta compañía. Estoy sola, con mi música homicida, suicida, no sé. Ahora, que se hizo de noche de verdad, no como en mi mente donde siempre es de noche, voy a juntar todas las botellas que me tomé mientras pensaba, a apagar todos los cigarrillos que encendí mientras dormías, y a tirar al inodoro las pastillas que alguna vez me han fallado. Voy a salir a arrastrar las piernas sobre el asfalto húmedo, a astillarme los huesos de tanto patear. Y sentada en las vías, ver cómo me pasa por encima la madrugada.
1 comentario:
uno de esos momentos
para escuchar
the bends
;)
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