[todo lo que tengo se lo he pedido prestado a mi imaginación]


05 abril 2009

Tiro Loco

Se toca la cara, siente la vizcosidad, entonces se mira las manos. Ve la sangre de un color bien brillante y huele lo metálico que siempre le dio nauseas. Se busca en el cuerpo el impacto, pero no encuentra de dónde brota su vida, que pareciera escurrirse con rapidez. Y el olor cada vez es más intenso, está por vomitar. El líquido colorado llena todos los espacios que antes tenían baldosas cerámicas. Se siente débil, se lleva las manos a la cara nuevamente, entonces descubre el rostro sin nariz y sin boca y allí la catarata de hemoglobina, glóbulos y plaquetas escapándose de su ser. Ya no lo puede contener, devuelve, vomita, tose y quiere llorar pero no sabe si tiene fuerzas para hacerlo. Intenta ponerse de pie y se resbala con el río sanguinoliento, de rodillas sólo le queda esperar. Que el sueño venga, que se le cierren los ojos, que se pase el frío...

1 comentario:

Adriana Fernandez dijo...

Ahhhh!!! Qué buena foto.