Siempre que creo que perdí la inspiración, busco tu nombre en google y entro a todo lo que se parezca a vos.
Mientras haya sitios que te nombren, seas vos o cualquiera de tus homónimos, habrá en mi mente un disparo (un libro, una palabra, una guerrilla...) que me lleve a tus muslos. A tus caderas, a tu cintura desnuda, a tu piel fría y blanca como mármol.
Mientras haya sitios que te nombren, seas vos o cualquiera de tus homónimos, habrá en mi mente un disparo (un libro, una palabra, una guerrilla...) que me lleve a tus muslos. A tus caderas, a tu cintura desnuda, a tu piel fría y blanca como mármol.
Así es que, habiendo perdido una y mil veces las ganas, gasto papel... y te doy una canción.
2 comentarios:
Eso se llama masoquismo. Creo que ya te lo había dicho, no?
Típico de hombres como yo, que se quedan siempre con más culpas que ganas.
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