Vos y yo,
y el abismo
o la tormenta;
el caos y la destrucción masiva...
Como una orgía desenfrenada
repleta de placeres inentendibles,
de dolores.
Vos y yo,
y la indiferencia...
Como un menage à trois
y yo mirando desde afuera.
Vos y yo
y la nada misma,
o la puerta de emergencia
bloqueada con cadenas y candados
y sus llaves en el fondo del cajón de los cubiertos,
oxidadas.
Y yo,
mi piel cuarteada de esperar lo que no llega,
y mis lágrimas surcándome la cara,
mis penas y desvelos,
mis sueños con serpientes, mis penumbras extrañadas.
Tantos infiernos, tantas ganas.
O yo,
sola.
[todo lo que tengo se lo he pedido prestado a mi imaginación]
26 agosto 2013
18 agosto 2013
05 agosto 2013
Ganas de levantar la mirada y ver ojos atentos a mis pestañas. Ganas de saber que mis pecas están, una a una, registradas. De ponerme nerviosa, sonreír y toser; de que mi aliento sea el oxígeno que necesitabas. Ganas de roces ingenuos, de torpezas y adrenalina previas.
Ganas de desvelos, pensamientos y madrugadas. Conversaciones absurdas; charlas que no conduzcan a nada. Ganas de papelitos garabateados, notas sorpresivas, corazones en márgenes y flechas atravesadas. Ganas de llamados arrepentidos, de invitaciones inesperadas. Caminatas por parques, plazas, avenidas iluminadas. Bancos y piedritas, esquinas, kioscos. Ganas de todo y nada.
Esos segundos previos a un beso, en otros ojos verme reflejada.
Esos segundos previos a un beso, en otros ojos verme reflejada.
Ganas de compañía, de algún plan pequeño, de ser deseada.
Ganas de manos que buscan cuero, que desordenen todo, que ardan. Ganas de labios sobre los hombros y palmas bravas. Ganas de cosas, de sentimientos, ganas que no terminen tan olvidadas.
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