[todo lo que tengo se lo he pedido prestado a mi imaginación]


19 noviembre 2010

Rosa de Lima

Jimena tiene rulos y, cuando tiene sueño, se le afilan los ojos. Habla mucho y muy bien. Es sumamente participativa, inquieta, metida. Todos hablan de política y, ella, comenta. Además, toma café. Tiene un lunar sobre la boca, chiquito. Tiene una biblioteca enorme y, cuando se aburre de sus libros, lee también los que son de papá. Jimena tiene un grabador de periodista y lo usa para grabar todo lo que piensa. Jimena piensa todo el tiempo. A veces no lo dice, pero se aburre. Jimena escribe. Aprendió sola, como aprendió a leer. Jimena tiene pocos verdaderos amigos. Jimena es egoísta, pero ama intensamente. Jimena tiene dos novios. Jimena disfruta de las tardes al sol. Odia dormir la siesta. Jimena, por las noches, oye gritos perturbadores. Jimena recuerda, al día siguiente, lo que escuchó. Jimena nunca se olvida de los gritos que oyó. Jimena tiene una gata y la llama Espuma a pesar de que es gris. Jimena piensa: “a la realidad puede que la hagamos nosotros con la mente”, lo dice y su madre se horroriza. Jimena va al jardín y vuelve. Pregunta: “para qué le rezamos a un Jesús de madera?”. Jimena va a crecer, seguro. Pero va a seguir siendo así.

2 comentarios:

Mr. Kint dijo...

Personalmente, Jimena me parece un(a) persona(je) de lo más interesante.

Saludos.

kamala dijo...

(je) (je)...
Es, usted, muy amable. Probablemente porque no la conoce.