Me dispongo apurada, casi a las corridas, como si llegara tarde.
Sintiendo el peso del paso del tiempo, creo estar lista y miro la hora. Un tic-tac interior me acosa. Ansiosa, miro el calendario, vuelvo a mirar el reloj. No llega. Dónde estará?
Me miro en el espejo. Estoy realmente preparada? Me faltará algo? Qué estaré olvidando?
La experiencia me dice que voy a dar cuenta de ello cuando ya esté en viaje; a mitad de camino quizás.
Me invade temor frente a su demora. Llegará? Qué estará sucediendo, ahora mismo, allá afuera?
Me siento, alternando estados, confusa e iluminada a la vez. No quisiera equivocarme. Impaciente, reviso la agenda. Era hoy? Qué hora es?
Camino, me vuelvo a mirar y el reflejo de mi misma se ve perfecto. Y, a pesar de su retraso, sé que así es mejor. No me siento sola, al contrario.
Estoy convencida y es momento de enfrentar la incertidumbre. Quiero saber por qué no viene y busco una respuesta pronto.
Entonces cierro los ojos pues no sé enfrentarme a los últimos segundos de duda. Trato de pensar en positivo y vuelvo a abrirlos sin respirar.
[ || ] Positivo.
Te espero, sé que estás en camino.
2 comentarios:
Hermoso. Dulce y hermoso.
Maravilloso...!
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