[todo lo que tengo se lo he pedido prestado a mi imaginación]


27 febrero 2016

Después de vos, 
me compré un diario
y escribí, escribí
sobre vos, sobre no-vos.
Fuiste la medida
de lo que sucedía y lo que
jamás sucedería.
Después de vos,
escribí tanto en ese diario
que fuiste el diario,
la tinta, la sangre misma
en mis venas.
Después de vos,
después de escribir sobre vos,
las hojas no alcanzaron.
Además, se secaron
y empezaron a caerse.
Todo lo que dije
lo que escribí en ese diario
se me voló
como se volaron los meses
y pasó otro invierno,
otra primavera
y llegando al fin de otro verano
ya no me quedan hojas
ni palabras...
Espero que no se me acabe
nunca, jamás
la tinta, la sangre.
Lo que no pasa de moda entre mis cosas
es que vos seas la medida de lo que no sucederá.

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