[todo lo que tengo se lo he pedido prestado a mi imaginación]


28 febrero 2008

0: prólogo al amor

Sí, definitivamente amar marca la diferencia.
Estar enamorada o no hace del día, del mes o del año algo bien distinto. Y eso a lo largo de mi vida se ha notado siempre.
El amor de la costumbre bien ha sabido diferenciarse. La paz de saberme bañada por las aguas transparentes de los sentimientos cálidos fue evidentemente opuesta a la brea caliente que me quemó cuando la soledad pesaba sobre mi como una tormenta personal.
Y como soy el reflejo de lo que escribo o viceversa, en cada pedazo de papel descubro luminosidad de mis días amantes.
Disfruto de la rima cuando gozo de cada latido compartido. Regalo graciosa cada aliento, tecleo dichosa e imprimo cada letra entrelazada a la siguiente con pura melodía.
Es así como, desde que nace hasta que muere el amor, un sinfín de relatos recorren cada estadío de mi enamoramiento. Aunque siempre espere en cada comienzo la eternidad.
Y releer eso me devuelve a la vida cuando me hundo en la obscuridad.

24 febrero 2008

IIII: amor y Soledad

Soledad te extraña y se sorprende.
Se despierta un día, no muy lejos del día en que te conoció, pensando en vos. En qué será de tus cosas, qué estarás haciendo e inocente se pregunta si de pronto estarás pensando en ella. Inconciente! Se está metiendo en problemas, lo presiente.
Pasa el día, llega la tarde y distraida seguís ocupando espacio en su mente. Pasa también la semana y la curiosidad se va transformando en firmes deseos de volver a verte. Le sobra el tiempo cuando no te tiene cerca, aunque tenga repleta la agenda de compromisos tangibles.
Suena ilógico, reflexiona e intenta distraerse. Mas el reloj gira loco y como novedades no tiene quiere tenerte.
El deseo se ve aplastado por un querer abrasador. Y volvés y con vos llega todo lo que creía perdido.
Entre Soledad y vos hay tantos supuestos destinos cruzados que ninguno evita mirarse. Se rie tanto que le duelen los pómulos, y sonriente llega y sonriente se va... y cuando se despiden ella comienza a extrañar.
Es así que decide que esto esta mal, pero ya no sabe como sacarte del medio del pecho, donde clavaste un puñal tibio y le hiciste acordar que tenía corazón.
Un descuido y una confesión los deja desnudos, puras palabras de amor. Y como del dicho al hecho no hay ni media cuadra, se besan en una esquina. Soledad tiembla porque del pecho se le escapan los latidos y cree que va a sufrir. Oh, sí, claro que lo hará!
Está presa de un amor que la rescata de sí misma y todas sus miserias. Alguien que la protege, la mima, la cuida, la enamora, la perdona, la halaga, la seduce, la acaricia, la mira, también la quiere, la desea, la extraña, la acompaña, la confunde, la abandona, la rescata, la levanta, la persigue, la alcanza, la espera, la llama y también le corta. Es que ella hoy, como pocas veces en su vida, sólo quiere y ama y extraña y como siempre, llora. Vos no estás siempre, porque como no estas solo, sólo queda Soledad.
Te quiere, pero sabe que no tiene lugar. Te encuentra, te explica, la entendes. Entiende. Se despide y tanto tarda en volver a su casa que se encuentra en tus brazos. En una misma cama luchando desnuda contra el amor. Pues sí sabía que iba a ser peor. Era obvio que amarse para siempre empezaba con sacarse la ropa y seguía con hacer el amor.
Ahora huele tu perfume en cada rincón. Y llora por la noche cuando sola está.
Soledad espera angustiada porque sabe que te vas.
Y reza... porque ya no sabe que esperar...

06 febrero 2008

no llores..

Ay, nena! No llores... ya va a pasar. Todo pasa.
No recordás mucho más suave aquél invierno de cama y oscura soledad? Las ganas de morirte y no saber qué hacer? El frío de la calle calandote los huesos y vos asfixiada igual aunque te tragaras el aire del planeta entero... la sangre que chorreaba de tus manos ya no se huele en cada esquina. No trabaja menos tu cabeza como si te hubiesen extirpado medio cerebro!?
No te olvidaste ya de por qué amaste a quien has amado con tanta intensidad?! Esos besos risueños, y el semblante iluminado... el verano en carpa y todo eso, no parece ya una historia de algún libro de los que te has leído?
Esas primaveras fucsia de verborragia y desmesura no quedaron opacadas por la estable rutina? No guardaste en una bolsa negra todas esas musculosas con leyendas sexópatas y provocativas?
No es acaso sólo una foto el dolor de la ausencia? Si ya no caminas por las baldosas del cementerio, ni pensás todos los días en todo lo que quedó por charlar... no se hizo cayo la verdad?
Corazón, no te sientas decepcionada, ya todo va a cambiar. Y si no cambia ya te vas a acostumbrar.