[todo lo que tengo se lo he pedido prestado a mi imaginación]


27 marzo 2009

No soy Roberto Carlos pero tengo 164 amigos.

Yo no tengo mucho tiempo libre.
Cuando no estoy trabajando, que es lo que hago la gran parte del día, estoy en casa cocinando o escribiendo notitas para la maestra de mi hija; también la baño, pongo un lavarropas, o leo y preparo cosas para la facultad.
Mis ratos libres son para compartir con la nena o con la familia, pero son pocos. Y los ratos sin la nena y sin la familia son para leer un poco más para la facultad o para ver los Pells.
Digamos que no hay tiempo para hacerse socio de un club e ir a interactuar con las personas. Entonces, la idea de red social, así como me la propone FB, me interesa. Yo visito a mis amigos y conocidos cada vez que puedo. A las dos y media de la mañana como ahora. Veo sus fotos de viajes, sus estados de ánimo, las charlas que tienen con otros, las canciones que estan escuchando y me presentan a sus novio/as y/o maridos/esposas. Cuando pueden me responden, me cuentan un poco más sobre lo que están haciendo...interactuamos.
Es virtual, es cierto. Es la única manera que tenemos de hacerlo. Ya no vivimos todos en la misma cuadra, no estamos en casa a la hora de la leche para juntarnos en la puerta a comer unas manón con la cindor, muchos tenemos que llevar adelante una casa, no podemos encontrarnos en el kiosco a tomar una cerveza (además, la cerveza no te la vende más el kiosco...y quizás en la puerta del kiosco, te afanen hasta los lompa). No cortamos el laburo al mediodía para encontrarnos a comer un sanguche de milanesa completo. Y por lo general la mayoría utiliza el fin de semana para laburar mucho más que de lunes a viernes.
Entonces sólo nos queda mandarnos mensaje de texto, escribirnos un mail para ponernos al día, encontrarnos en el msn para zumbarnos, pasarnos alguna foto, o chusmear en el FB, leer el blog, pasar por el Fotolog y sostener así el vínculo que de otra manera se licuaría en la vorágine de la vida moderna, porteña y agitada, apretujada y despeinada, de madrugones, corridas y trasnochadas.
No quería decir mucho más que eso, quizás excusarme un poco por estar tan pendiente...porque si tuviese el flequillo sobre los ojos me estarían llamando flogger, y yo siento que soy sólo un sobreviviente.

2 comentarios:

Adriana Fernandez dijo...

Es una invitación? Al debate, digo... porque si es así, acepto y empiezo. También uso y abuso de la tecnología, pero me niego a aceptar su dominio salvaje. Me encanta jugar con tus y mis estados de fcbk, pero aún prefiero tu cálido saludo a la mañana, te puedo ver caminando dormida hasta tu escritorio. Disfruto leerte, pero aún así elijo nuestros almuerzos desplumando a Fulanita. Me muero de amor cuando Ari me envía virtuales tarjetas de amor, pero aún prefiero derretirme en sus brazos cada noche. A la red social, le agradezco sólo la diversión espontánea y fugaz mientras uso la compu o el teléfono. También el contacto con personas que formaron parte de mi vida y que no sabría nada de ellos de otra forma. Para el resto, elijo hacerme tiempo, poco, de vida moderna, pero TIEMPO de contacto físico. Algo para leer: Elogio de la lentitud de Karl Honoré.

kamala dijo...

Quizás porque las personas más importantes para mi están cerca, siempre presentes....no sé...buaaaaaahhhh tenés razón, te extraño! Esto no es como almorzar juntas!