Retacitos de piel; lunares, pecas, cicatrices. Caricias sobre retazos llenos de marcas, heridas.
Y boca. Y pelo. Y piel. Más manos que personas, más heridas que lunares. Más muros que dolores.
Más. Cuanto más me das, más me pierdo.
Remolino y manos; remolino de manos y canciones de fondo. Y allá atrás, otra vez, una historia de amor tan rota como improbable.
Y boca, pelo, piel, manos. Las heridas no sé dónde quedaron.
De la noche, lo que más me gusta es el amanecer.
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