[todo lo que tengo se lo he pedido prestado a mi imaginación]


26 mayo 2008

Comprimido

Se revuelve en el asiento. Mira el reloj. Es la hora.
Con desgano se para y camina hasta el perchero donde se abrazan los tapados de tres chicas además del suyo. Cuando logra descolgarlo puede sentir el aroma a mujer que brota fusionándose con el perfume de su colonia y cigarrillos negros.
Se pone el saco, hunde las manos en los bolsillos llegando al fondo donde el frío lo carcome y las retira violentamente.
Se despide y se dirige a la puerta. Se arrepiente dos segundos pero vuelve a mirar hacia afuera y sale.
Camina hasta la esquina, entra al café y se sienta. Pide un cortado en jarrito.
Se toma el café de un sorbo y mira el vasito con soda. El vaso lo desafia.
Vuelve a meter la mano en los bolsillos y esta vez enfrenta al frio pastillero.
Se siente tan bien que empieza a sentirse mal. Mira el frasquito abierto y los comprimidos de colores. Otra vez mira el vaso. -Quiero re truco!- piensa y se rie.
Abre la boca y con dos dedos apoya el comprimido chiquito bajo la lengua.
Espera cinco minutos clavados por reloj, paga y se va.
Camina dos cuadras hasta su casa. Abre la puerta, todo en orden. Cierra con llave.
Se sienta en la mesa de la cocina, abre todas las cajas que allí se encuentran. Se sirve un gran vaso de soda.
Se toma 157 comprimidos más dos botellitas.
Mete las manos en los bolsillos. Toca las llaves. El frio es su amigo.

25 mayo 2008

rosca mental

23 mayo 2008

fresco sobre lienzo gastado

UN VASO RAJADO QUEDÁNDOSE SECO DE ALGO CASI SIN GAS. UN PUCHO PEGADO CON CINTA CONSUMIÉNDOSE ENTRE MIS LABIOS. EL PELO REVUELTO URGENTE DE CARICIAS. LAS MEDIAS CANSADAS RESBALANDO DE MIS PANTORRILLAS.
UNA FRAZADA VIEJA HACIÉNDOME COMPAÑIA. EL VIEJO GATO NEGRO RONRONEANDO DÉBIL SOBRE MI VIENTRE. LA TELE GASTADA RUMIANDO ALGÚN DESHABITADO CANAL. EL TÉNUE SOL OTOÑAL INTIMIDÁNDOME.
.recuerdos de anoche que me mantienen despierta.

21 mayo 2008

instrucciones para perderte

-no desear perderte
-llamarte por tu nombre
-hacerme un tatuaje
-ser tu amiga y/o amante
-quedarme a dormir
-darte un beso en cada ojo y otro en la nariz
-dejar de fumar (o al menos intentarlo)
-enamorarme
-tener algo tuyo (objeto fetiche)
-hablar por teléfono de línea
-agendarte en el celular
-agendarte en la morgan
-nombrarte en mi casa
-hablar con vos antes de dormir
-invitarte a alguna fiesta
-desearte las buenas noches
-sacarte de la lista de friends del msn para pasarte a otro grupo
-comer pastas con malbec
-desearte
-ponerme Sun Moon Stars
-leer un libro entero
-ir a un recital
-regalarte una foto
-cambiar de trabajo
-usar el anillo calado
-escribirte de incógnita
-que pase el tren mientras camino por debajo del puente
-comer gelatina

*Pueden utilizarse todas o al menos tres de las instrucciones logrando el 100% de la efectividad.

11 mayo 2008

amores que matan

aplastarte las costillas de un abrazo
hacerte sangrar los dedos apretandote la mano
morderte un brazo
comerte, sin metáforas, la nariz
dejarte sin aire con un beso
coger hasta sufrir
cerrarte los ojos con un puño
quebrarte las piernas para que no te puedas ir
amarte mucho mucho
amarte hasta matarte o morir

de mi

lo que de mi queda es un vaso derretido sobre la mesa de luz, un montón de cigarrillos mal fumados, una hebilla.
de mi queda un pantalón, cayéndose por no subir del todo a la silla. un par de botas de tacos gastados.
un bolso abierto en tu sofá, miles de cosas revoltosas desparramadas en su interior.
lo que de mi queda es el celular que suena entre las sábanas. una lagaña chiquitita, y el pelo enmarañado junto a tu pelo que, injustamente, duerme prolijo.
lo que de mi queda es una cena preparada a base de luncheon tickets y llamadas, seis porciones de pizza de mi quedarán para servirte de testigo.
lo que de mi queda es resaca. un sabor agridulce a fernet y marihuana.
lo que de mi queda es un alarido en medio de la noche pidiendo no más cosquillas, un hormigueo en la panza y tres mordiscos.
entonces suena una vez más el celular y de repente todo lo que de mi queda se reune. y rejuntada, me visto, agarro mis cosas, me peino, me limpio la lagaña, guardo la pizza en el horno, me lavo los dientes y me tomo algo para el dolor de cabeza, te doy un suave beso en la nuca y me voy.
Y si no fuera por la pizza como testigo, aquí no ha pasado nada. no queda nada de mi.

09 mayo 2008

Malabarista

Abre los ojos. Apaga el despertador.
Salta de la cama y silenciosa agarra la toalla, se toma la pastilla y se saca el reloj.
Prepara la leche y la pone en el microondas.
Abre la ducha.
Vuelve a la cocina, se toma la leche.
Se mete en el baño, se ducha, se seca.
Se peina y vuelve al cuarto.
Se pone el reloj.
En penumbras se viste y sale al comedor. Allí se maquilla.
Una última vez, entra al cuarto y besa a la nena.
Sale de la casa, camina cinco cuadras, toma el colectivo.
Viaja. Trabaja. Viaja.
Camina siete cuadras.
Retira a la nena del jardín.
Besa. Abraza.
Dobla la ropa, la guarda.
Prende las hornallas. Pone la pava y la sartén.
Prepara mate y la cena.
Abre la canilla del baño.
Baña a la nena.
Le da la cena.
La mima. Miran tele.
La duerme.
Lava los platos.
Fuma un cigarrillo. Lee.
Se pone el pijama. Se acuesta silenciosa.
Pone el despertador.
Duerme.
Abre los ojos...

06 mayo 2008

des-espera

Miré el reloj.
Ya me había contado las baldosas. Las chiquitas y las grandes. Y contando eso, había sacado las medidas. Y la superficie. Sabía cuánto salía ese cuarto de dos y medio por cuatro porque, también, sabía el precio del metro cuadrado en ese barrio.
Ya había leído la agenda y me había recordado a mi misma las cosas que tenía que hacer mañana, pasado y la semana que viene. Y de lo que no me tenía que acordar, también ya me lo había acordado.
Me repasé las revistas de la mesita que tenía al lado y le ví la casa nueva a muchos famosos. Las tetas nuevas a más de una y las parejas de la farándula que se habían peleado (que por lo viejo de algunas revistas ya se podrían haber amigado).
Miré el reloj por vez número diez. Y sólo diez minutos habían pasado.
Cuatro cuadros de Van Gaugh. Preciosos, me encanta Vincent. Pero ya los había mirado como cinco veces a cada uno, y los marquitos dorados también.
Conté y había cinco sillas por hilera y tres hileras de cada lado del cuarto. Treinta personas podíamos estar al mismo tiempo mirando el reloj, moviendo el pie, mirandonos las uñas, acomodandonos el pelo, todos al mismo tiempo. Mientras pasaban tres minutos más.
La ventana era de casa antigua, pero las paredes de verde musgo daban estilo modernoso. Dos carteles de cada lado. Ya los había leído pero los releía esperando que se abriera alguna de las dos puertas. Porque bien no sabía de que lado me tenían que llamar.
Tengo puchos, tengo chicles, todos estos boletos son para tirar, la tarjeta del subte, dos de crédito, la del trabajo, la foto de la nena. Dos aspirinas, una gomita de pelo, un brochecito, una estampita por cincuenta centavos, una miniatura de perfume y el cepillo de dientes. Una carta vieja que quién sabe para qué la quiero!? y una postal de un bar.
Miré el reloj. Habían pasado dos minutos más.
Hice la lista del super, repasé, no me tengo que olvidar del vinagre. Ni del jabón en polvo.
Miré el reloj. Nada. Dos minutos más. La eternidad.
Saqué el sobre.
Teniendolo en la mano quizás se apuren.
Entró la de enfrente. Salió un tipo, entró el de al lado.
Miré el reloj. Tres minutos miserables. Qué castigo.
Me canté a mi misma: Drive my car.
Saqué el celular seis veces. Una borré los mensajes de texto, otra miré las fotos, un par más miré la hora.... como si en el cosito ese fuese distinto y pasara más rápido!
Miré el reloj. En punto. Ahora me toca.
Abrí el sobre, leí todo dos veces. Tengo todo en orden, pensé.
¡Si tengo todo en orden, para qué carajos espero! también eso pensé.
Me llegó un mensaje...lo primero que miré fue la hora.
Cinco minutos habían pasado. Ahora estaba en condiciones de quejarme.
-Perdón, le falta mucho para llamarme?
Me habían mandado a sentar sin demasiada certeza. MASOMENOS era un término inapropiado.
Me soné los dedos. Uno por uno.
Llegando al anular se abrió la puerta.
-Srta. Parra? Srta Parra?!
Mierda, me tocaba pasar a mi.

03 mayo 2008

vuelos

día de filos y navajas
de sangre que chorrea desde las sienes
día de dedos en carne viva
de arañazos en las mejillas

día de gritos penetrantes
de piscóticas pesadillas
de frenéticas corridas
de frías lágrimas perpetuas
hoy es una de esas noches en las que sueño que me muero, que me muero de sueño, que no me despierto, que sueño que me despierto, que me ahogo, y sueño que no puedo despertar.
Una de esas noches en las que sóla podría pasar del gris al negro, del negro al fucsia... rápidamente y saltar... y soltarme... y volar!