[todo lo que tengo se lo he pedido prestado a mi imaginación]


26 julio 2015

Simulador

Viajo en un simulador.
Simulo calma y paz. Simulo comunes días, momentos corrientes. Simulo ser otra.
Finjo un poco. Miento a veces. Otras, simplemente actúo.
Soy un poco más inteligente, soy más interesante. Soy mejor. Simulo seguridad, autocrítica y mejor estima propia.
Camino por la calle de siempre simulando no oír nada; simulando no mirar para tu lado.
Salgo y simulo divertirme. Todos simulan ser vos.
Mientras nos mentimos un poco más, imagino tu cara. Los ojos, tuyos, mirándome a mi.
En medio del simulacro, te pienso tanto que pierdo el control y el vuelo parece estar por estrellarse contra la realidad. El simulador entra en un pozo de recuerdos y todo se sacude en mi interior. Hay sonrisas tuyas en diversas oportunidades que tenía escondidas, hay tonos de voz que suenan como truenos y la tormenta simulada se hace cada vez más tangible. Parece todo cada vez más real.
Simulo lágrimas pero casi puedo tocarlas. Me acaricio una mejilla y veo, al mismo tiempo, en 3D tu piel y el pelo de una de las últimas veces que conversamos así de cerca como hoy simulo verte.
La banda de sonido de la nave me repite que bang bang y la tarareo confundida.
Simulacro fallando lentamente, alerta, alerta. Las lágrimas mojan mi cuaderno. Estoy saliendo del estado de ensueño, nos vamos a estrellar. Tengo miedo. Otra vez yo, tan real, y vos, tan inalcanzable. Soñada.
Crash.

13 julio 2015

detalles

estoy hecha
hoy
de hojitas secas y ramas
acumuladas por el
viento
sobre un escalón de 
cualquier vereda sucia y rota
de Buenos Aires


estoy hecha 
pelota
papelitos arrugados, con frases inservibles
un te amo, después te veo
un número
plata o teléfono o clave o dirección
un número (no me gustan los números)

hecha pelota
acurrucada sobre las hojas secas
sobre el escalón
sobre la vereda
sucia y rota
de Buenos Aires

estoy nublada
trastornada
triste
frágil
arrugada
rota
como Buenos Aires, hoy

08 julio 2015

Enredo

no es que tenga relevancia
si me importa o no me importa
que tu ventana esté o no abierta
y si eso signifique que vos
quizás
estés ahí dentro
esperándome o no, indistinto
si vaya a haber o no una luz
un velador prendido, tenue
cuando la tarde anochezca indefectible...

no, probablemente no interese
si me importa o deja de importarme
y si acaso llegase a interesarte
que me preocupen
la luz, la ventana
su exacto ángulo de apertura
los watts que alumbren
tenues
será trivial, despojado de alguna trascendencia...

porque no puede interesarte
lo que a mi me importe
o viceversa
en este estado absurdo de inconexa
latente, moribunda, absoluta
dislexia emocional que nos aqueja